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Yokozawa Takafumi no Baai 2 - Capítulo 3


Tipo: Novela/Traducción
Título: Yokozawa Takafumi no Baai 2
Serie: Sekai-ichi Hatsukoi
Autor / Circulo: Nakamura Shungiku
Clasificación: R-18
Idioma: Español
Fuente: SeptemberScanlation
Notas:  Agradecimiento especial a DrL por ayudarnos con esta novela :D. Por favor, disfruta y siéntete libre de enlazar la gente A ESTE LUGAR para leer.
Otra pequeña nota: El primer capítulo de esta novela fue en realidad el relato corto publicado en enero / febrero (cumpleaños de Kirishima), ¡así que no se volverá a traducir por razones obvias!(ya la publicamos ;D) En cuanto a la numeración de este capítulo, no hay ningún capítulo 1 o  capítulo 2 ya que las historias cortas ya están traducidas (y publicadas), y todo el resto de la novela es el capítulo 3. No sé lo que el equipo de edición se estaba fumando cuando compiló esta novela, solo espero que no haya confusiones :D

Traducción: DrL
QC: Kana_chan







Sekaiichi Hatsukoi:
Yokozawa Takafumi no baai Vol.2
[Capítulo 3 Parte 1]




 En el mismo momento en el que salió de la tienda climatizada, todo el cuerpo de Yokozawa Takafumi fue envuelto en un aire pesado y pegajoso. Los días calurosos se fueron juntando uno tras otro desde que comenzó julio, pero hoy era particularmente malo. Solo unos pocos días atrás, él ya no pudo soportarlo más y cambió su guardarropa por camisas de mangas cortas para el verano, pero caminar fuera por cualquier cantidad de tiempo lo dejaba cubierto en sudor.

 Saco de su traje, colgando de su brazo izquierdo, no había tocado su cuerpo ni una sola vez en todo el día, y aunque ahora él estaba a salvo del abrasador sol con la caída de la noche, la humedad aún hacía difícil el respirar. 

A este paso, él estaba preocupado de como sería agosto; ya estaba harto con este calor que estaba marcando récords de temperatura a diestra y siniestra este año.

-¡Hombre, necesito una cerveza!

-¡Sí, nos demos una vuelta por un Biergärten!

Un grupo de hombres de negocios al parecer en su camino de vuelta a casa de la oficina pasaron frente a Yokozawa, siendo su conversación un reflejo perfecto de sus propios pensamientos. Sin embargo, tragándose la tentación, él en cambio sacó su teléfono celular e hizo una llamada a la oficina.

-Sí, este es el Departamento de Ventas de Marukawa Shoten.

La animada voz de su subordinado flotó sobre el auricular. Debido al ruido de fondo, pudo adivinar que la mayoría de sus compañeros de trabajo estaban aún en la oficina.

-¿Henmi? Es Yokozawa.

-¡Ah, excelente trabajo hoy!

-Acabo de terminar en la librería. ¿Pasó algo mientras estaba fuera?

-No, no particularmente. ¿Cómo están las cosas por ahí?

-Conseguí que aceptaran ayudar con la feria. Te pasaré los detalles temprano la próxima semana. No tengo nada más que necesite hacer hoy, así que me voy directo a casa. ¿Te molestaría anotarlo en la tabla? -ya estaba bien pasado de la hora de salida y no tenía programada ninguna sesión de tragos con sus superiores o clientes.

-¡Entendido!

-Bueno entonces, me voy -aquí cortó la llamada con Henmi y tiró de su corbata para aflojarla mientras se dirigía a la estación.


Aunque había dicho que iría directo a casa, no estaba precisamente yendo a su propio departamento, y mientras cerraba su teléfono de un golpe, súbitamente recordó que le dijeron que llamara cuando hubiera terminado con el trabajo.
Ellos estaban yendo en la misma dirección, así que, honestamente, Yokozawa no veía realmente el punto de encontrarse a mitad de camino hacía allí; pero sería patético tener que negarlo cuando el tipo inevitablemente le tomaba el pelo con una sonrisita, "¿Qué, demasiado avergonzado para ir a casa juntos?", y lo dejó sintiéndose indeciso. Con un tanto de duda, marcó el número en su teléfono, y luego de unos cuantos tonos, la llamada conectó.

-Hum... soy yo.





En estos días, siempre se preocupaba por como comenzar mejor sus conversaciones telefónicas. Seguro, debió saludar al tipo al igual que haría con cualquier llamada telefónica del trabajo, pero incluso eso era también un poco incómodo por alguna razón. Naturalmente, él usaba un lenguaje educado, como se esperaba, durante las reuniones y demás; nada había cambiado en la forma en que ellos hablaban el uno con el otro en esas circunstancias. Pero llamar a Kirishima por una conversación privada como esta aún lo dejaba con una sensación de inquietud.


-Buen trabajo hoy. ¿Terminaste?

-Sí; en realidad terminamos más rápido de lo que yo esperaba.


La voz al otro lado de la línea era la de Kirishima Zen, el editor en jefe de Monthly Japun. Kirishima era el editor general de Ijuuin Kyou, el manga-ka quien le daba vida al rimbombante éxito de ventas de Marukawa Shoten: Za Kan. Uno no podía mas que impresionarse no solo con sus proezas como un editor en sí mismo sino también como un editor en jefe con el carisma para llevar adelante un equipo de editores tan individualistas. Aunque Yokozawa admitía que sí pensaba que el tipo era ocasionalmente demasiado obsesivo cuando de su trabajo se trataba, probablemente era esta misma cualidad la que tenía a esos quisquillosos autores poniendo su máxima confianza en él; y aunque Yokozawa nunca pudo llevarse a sí mismo a decir tanto como esto, tenía el máximo respeto por el tipo cuando de su carrera se trataba.

La gente a menudo dice que Dios nunca le concede a nadie dos dones; pero cuando de Kirishima se trata, no solo lo había bendecido con una ética de trabajo inmaculada sino también con un igualmente agradable empaque. Con una altura que rivalizaba con la de Yokozawa, una cara fresca y hermosa, y un cuerpo decentemente balanceado, él poseía un aire juvenil que a menudo hacía difícil verlo como el hombre en sus treinta que él era; y Yokozawa nunca, ni una vez, lo había visto alterado en el trabajo, siempre rodeado de un aire de completo control. Y últimamente... había comenzado a darse cuenta de cuan fresca y calmadamente hermosa era esa voz que salía de esos labios delgados; por irritante que fuera, no había discusión de que esa voz susurrando en su oído iba directo a sus caderas.

... Aun así, el tipo estaba lejos de la perfección. De hecho, si Yokozawa tenía que elegir una cosa que no podía soportar, debería ser esa personalidad.

Aunque raramente lo mostraba en la superficie, Kirishima tenía unos pequeños hobbies molestos y era un descarado con eso de, me encanta molestar a la gente orgullosa. Yokozawa aparentemente había sido un blanco de tales burlas y ocasionalmente se encontraba a sí mismo siendo objeto de jugarretas. Aun así y a pesar de saber muy bien que simplemente estaban jugando con él debido a como reaccionaba exageradamente, la perdición de Yokozawa era su completa incapacidad para mantener una cara de poker en tales situaciones.

Kirishima, había que reconocer, al menos parecía comprender sus límites, y nunca hacía ninguna movida o decía nada para verdaderamente molestar a Yokozawa, lo que esencialmente dejaba a Yokozawa como el perfecto juguete, encontrándose a sí mismo incapacitado para realmente enojarse con Kirishima.

Habían pasado cinco meses desde la primera vez que se había acercado de esta forma a Kirishima. Antes de eso, ellos ni siquiera habían hablado fuera del trabajo, e incluso ahora Yokozawa ocasionalmente reflexionaba sobre cuan extraña era su actual relación en ese aspecto.
Había sido un corazón roto el que los acercó a Kirishima y él.

Luego de que se le diera un terminante final a sus largamente sostenidos sentimientos, Kirishima había aparecido justo cuando él estaba comenzando a compadecerse de sí mismo. Aunque aún había mucho que él no recordaba de aquella noche, creía que fue gracias a que Kirishima había estado ahí para él el que hubiera logrado salir adelante sin hundirse completamente. Ahora era mortificante, recordar como se había permitido emborracharse para intentar escapar del dolor, pero se consolaba recordándose que el hecho de que él pudiera sentirse así y punto era en si mismo una señal de cuanto se había recuperado.


-Ciertamente se te oye feliz, ¿pasó algo bueno?


 La suave voz flotando sobre el auricular embrujó su tímpano; hablar así por teléfono con Kirishima era... extraño, casi como tener al tipo justo allí, susurrando a su oído. Nunca antes se había sentido así en conversaciones telefónicas, y no podía decidir si era porque se trataba de Kirishima hablando o el modo en el que hablaba el que lo producía. Además, difícilmente era algo sobre lo cual pudiera obtener la opinión de alguien más, así que no podía siquiera determinar si era solo él quien se quedaba sintiéndose así o que.


-En realidad, la tienda estaba totalmente de acuerdo con la realización de esa feria. Fue todo gracias a ti el que haya salido tan bien. Realmente me ayudaste - 

En efecto, la razón por la que la tienda había aceptado seguir adelante con ello había sido todo porque había podido asegurar una firme promesa de cooperación del autor respecto a libros autografiados, ilustraciones para ser usadas como mercancía, y nuevos fragmentos del trabajo; e introducir todo eso en la agenda del malhumorado y superocupado autor había sido mérito enteramente de Kirishima.
Yokozawa sabía que aun si no hubiera intervenido para pedir por la feria, el trabajo se hubiera vendido perfectamente bien, pero como un vendedor, su prioridad era siempre vender más. Sentarse sin hacer nada cuando había lugar para el crecimiento era simplemente descuidado, así era como el vendedor en Yokozawa lo veía.

-Yo no hice nada; todo esto está sucediendo debido a la cooperación del autor y tu trabajo duro. Bien por ti.

-Todo... todo lo que hice fue lo que se suponía que hiciera -. La gente rara vez halagaba así a Yokozawa. Aunque sabía que trabajaba dos veces más duro que los demás y tenía los resultados para probarlo, era probable él no fuera exactamente el tipo de persona que invitara tales cumplidos. Pero Kirishima tiraba comentarios como ese sin pensarlo dos veces, tan directo que en realidad hacía que la otra parte se sintiera, en cambio, avergonzada. Yokozawa se preguntaba si él algún día se acostumbraría a ese aspecto de su personalidad. 

-Rayos, ¿no te he dicho que simplemente aceptes los cumplidos como un hombre? ¿O qué, quieres que te moleste entonces?

-¿Quién demonios dijo eso? De acuerdo, lo que sea; tomaré lo que pueda obtener -. ¿Por qué no podía simplemente decir "gracias"? A veces actuaba como un pequeño niño de primaria testarudo; desafortunadamente la comprensión de esto no hacía absolutamente nada por hacerlo pasar a la acción.


Trabajar duro era un hecho; no era como si estuviera haciendo este trabajo porque anhelaba reconocimiento. Aun así... conseguir ese reconocimiento era un tanto agradable; ¿y el que viniera de alguien a quien él mismo respetaba? Aún mejor.

 -¿Así que ahora qué? ¿Vienes de vuelta para aquí?
-Kirishima no parecía molesto en lo más mínimo por la respuesta contraria de Yokozawa, y aunque él a menudo se había preguntado si tales reacciones se debían a que Kirishima podía ver a través suyo hasta su verdadera naturaleza, lo había adjudicado a ser demasiado cohibido. Probablemente era un simple asunto de que no valía la pena el esfuerzo de perseguir a Kirishima. 

-No, me voy directo a casa ahora. Probablemente pueda llegar en una... ¿media hora?

-Entonces... ¿qué tal si nos encontramos en el almacén de frente a la estación cerca de mi casa? Yo mismo estoy a punto de dejar la oficina. Probablemente tú llegues allí primero así que, ¿me esperas?

-De acuerdo.


Habiendo decidido donde encontrarse, Yokozawa terminó la conversación, llegando a la estación más cercana justo cuando apagaba su teléfono. Estos días, pasaba sus fines de semana en el departamento de Kirishima, y aunque no le gustaba mucho la idea de sobrepasarse con su bienvenida, se encontró a sí mismo siempre asintiendo con la cabeza cuando quiera que Hiyori, la hija de Kirishima, lo despidiera con un "¡Te veo la próxima vez!".

 El gato de Yokozawa, Sorata, había sido la razón por la cual él había comenzado a pasar tanto tiempo ahí; cuando Sorata estuvo enfermo, Hiyori de alguna manera había estado a cargo de cuidarlo, lo cual subsecuentemente había llevado a Yokozawa a encontrarse también a su cuidado. Desde entonces, Sorata se había acomodado a Hiyori extraordinariamente bien, y ahora era un detalle permanente en la casa Kirishima; en estos días cuando saludaba a Yokozawa en la puerta, se veía como si tuviera total dominio del lugar. 

Luego de elegir un regalo para Hiyori en el área comercial del metro, Yokozawa se dirigió a las plataformas del tren, entrando en un vagón que estaba repleto de viajeros volviendo a casa en la hora pico de la noche. Colocándose de manera que el regalo que acababa de comprar no fuera aplastado, consiguió encontrar un lugar entre otros dos viajeros, y aunque no era un vagón lleno a más no poder, era casi imposible moverse sin empujar a alguien más, dejando a Yokozawa con la impresión de que habría sido más cómodo estar en una lata de sardinas.

Probablemente el aire acondicionado estaba encendido, pero debido a la pura masa de humanidad amontonada en el vagón, estaba húmedo y sofocante. Yokozawa, siendo una cabeza más alto que los mayoría a su alrededor, la tenía más fácil para respirar, pero eso no hacía nada para cambiar el calor que hacía. Se estiró para agarrase de una de las manijas colgando de una tira para ayudar a evitar el balanceo con el tren, y divisó una joven mujer, justo en diagonal a él, con una expresión sombría.

-¿..?

Quizás ella solo se sentía descompuesta por el calor; estaba agarrándose fuertemente de la barra de al lado de la puerta, y su rostro estaba rígido. Reflexionando que hubiera estado bien, probablemente, si solo hubiera tenido un poco más de espacio para respirar alrededor de ella, Yokozawa solo tardíamente notó la verdadera razón por la cual la joven se veía tan pálida.

Un hombre, al parecer un hombre de negocios, estaba parado justo detrás de ella, recargándose en ella mucho más de lo que naturalmente se esperaría en tal situación, y con cada balanceo del tren, él se recargaba aún más, discretamente pasando sobre ella la mano que casualmente había colocado a su lado.
Desde el ángulo de Yokozawa, era difícil ver con claridad, y ya que él obviamente no había visto un crimen, no estaba muy seguro de como levantar su voz, hasta que pescó al hombre deslizando su mano lentamente a lo largo del muslo de la joven.

-... ¿Qué demonios piensa que está haciendo? -en el momento en que presenció un acto tan cobarde, la ira se acumuló dentro de él, e hizo a un lado a los otros pasajeros para retorcer la mano del hombre fuera del camino.

 -¡¿Qu-qué significa esto?!
-el vagón estalló en murmullos antes de inmendiatamente volver a quedarse en silencio, y los demás pasajeros contuvieron el aliento en silencio viendo como Yokozawa enfrentaba al hombre.
Importándole poco sus embobadas miradas, Yokozawa entrecerró los ojos y escupió: -Eso es lo que me gustaría saber. Estaba manoseando a esta joven, ¿no es así?


-¡Por-por supuesto que no! ¡Le agradecería que no hiciera tan locas acusaciones!

-¿Entonces que tal si le preguntamos a ella? Si ese no fue el caso, con gusto me disculparé; ¿así qué? ¿Él te tocó?

-Sí, él... él lo hizo... -su voz era un poco más fuerte que el zumbido de un mosquito, pero fue una clara confesión, y ella lanzó al hombre una mirada fulminante con ojos nublados de miedo e ira.

Ahora era el turno del hombre de ponerse pálido, y quizás habiendo determinado que las cosas estaban a punto de ponerse peor con la confesión de su víctima justo ahora, el hombre comenzó a balbucear tercas excusas, con ojos llorosos.

-El-el tren estaba realmente lleno, y yo accidentalmente la toqué, ¡eso fue todo! ¡No lo hice a propósito!

-Si no fue a propósito, ¿cómo demonios conseguí divisar su mano desde donde yo estaba parado? Suena un poco extraño, ¿no? De cualquier modo; usted se baja en la próxima estación.

-Como dije... había razones para...

-... Y estaré feliz de oírlas. ¿Podría hacer que usted se baje en la próxima estación también..?

-¡Por-por supuesto!

El tren llegó a una parada un momento después, y Yokozawa arrastró al hombre a la plataforma. Sin embargo, aunque los pasajeros que fueron con ellos los eludieron cuando desembarcaron, los pasajeros de los vagones vecinos quienes no tenían idea de la situación comenzaron a aglomerarse alrededor de ellos, y Yokozawa trató de arrastrar al hombre hasta el final de la plataforma para no obstruir la corriente.

-¡¡Suélteme..!!

-¡Ayy! Hey, ¡ESPERE!

En el momento en que él se dejó distraer por la multitud alrededor de ellos, el hombre aprovechó su oportunidad, rasguñando duramente el dorso de la mano de Yokozawa y soltando el brazo que lo asía firmemente mientras escapaba. Haciendo todo esfuerzo posible para perderse en la multitud, rápidamente se esfumó más y más lejos de Yokozawa.

-Bastardo, ¡aún no terminamos! -. Nervioso, Yokozawa trató de perseguirlo, pero fue frustrado por la multitud y rápidamente perdió de vista al hombre. Trató de abrirse camino a la fuerza a través de la multitud llegando en masa desde la dirección en la cual había desaparecido el hombre, pero sería imposible atraparlo en estas circunstancias.

-Demonios -. Dejó de intentar perseguir al mano larga y en cambio se dirigió de regreso a donde había dejado a la joven.

-Lo siento... Dejé que se escapara -. Quizás él era un criminal profesional, dado lo bien que estuvo escapando. Si Yokozawa no hubiera soltado su agarre en ese momento, el tipo no hubiera podido escapar tan fácilmente, y Yokozawa se reprimió a sí mismo en silencio por ser tan inocente.

-¡Oh, no! ¡Fue más que suficiente el que me haya ayudado! Es patético, pero yo simplemente no podía alzar mi voz contra él y...

-Bueno estaba asustada, estoy seguro. Solo desearía haberlo notado antes.

-No,no. En serio... ¡usted me salvó! ¡Muchísimas gracias!

Era un poco desconcertante la manera en que ella seguía inclinando su cabeza hacia él, y dado que él ni siquiera pudo aprehender al perpetrador, no sentía como si hubiera hecho algo que particularmente mereciera las gracias.

-Vamos, alce su cabeza. Probablemente debería hacer saber a los asistentes de la estación lo que sucedió. Si no se siente en condiciones de ir sola, entonces puedo ir co... ¿qué pasa? ¿Tengo algo en la cara?

La mujer, quien había estado mirando fijamente a Yokozawa, preguntó con vacilación: -Lo... lo lamento si estoy equivocada, pero, ¿es usted por casualidad... Yokozawa-san de Marukawa Shoten?

Él se congeló cuando ella acertó tanto su nombre como su lugar de trabajo. -Lo soy... ¿Nos hemos conocido antes en algún lugar? -. No había forma de que él conociera una mujer tan joven.
Ante su expresión de sospecha, la joven inmediatamente aclaró, nerviosa: -¡Ah, yo trabajo a medio tiempo en Libros Marimo! En realidad lo he visto varias veces...

-Oh, ya veo.


Siendo el líder en ventas de libros a gran escala en la ciudad, Libros Marimo empleaba un gran número de trabajadores, incluyendo empleados a medio tiempo. Aunque Yokozawa se asociaba principalmente con los empleados a cargo de géneros específicos, con poca interacción con los demás empleados, no era raro que estos otros lo reconocieran.

-¡Oh, lo siento! Soy Matsumoto. Trabajo principalmente en la caja registradora, así que en realidad nunca hemos hablado...

-Para nada, mis disculpas.

-¡Escuché mucho de usted por Yukina-kun! ¡Él me dijo que usted era un vendedor de primera clase!

-Él-él lo hizo... -. Estaba recibiendo cumplidos a diestra y siniestra hoy, y estar expuesto a algo a lo que no estaba acostumbrado lo estaba dejando perdido. Inseguro de cual era la mejor manera de responder, sus reacciones resultaban dudosas. Aunque estaba más que solo un poco curioso de que clase de rumores sobre él estaban circulando en la librería, optó por no continuar la conversación. 

-Otra vez, ¡muchísimas gracias por lo de hoy! Ah... humm, si está bien, ¡por favor permítame agradecerle apropiadamente en otra ocasión!

-No se preocupe por eso. Yo solo hice lo que debía -.

Sin mencionar que había dejado escapar al perpetrador, lo cual no era precisamente algo que mereciera ser agradecido. Apreciaba el sentimiento, pero aún se sentía incómodo; sin embargo, a pesar de sus esfuerzos por rechazarla amablemente, Matsumoto claramente no estaba satisfecha con dejar las cosas como estaban. 

-Pero, yo simplemente no puedo aceptar eso... Quiero decir, yo no puedo hacer mucho, pero si no es un inconveniente... -ella se fue apagando, aferrándose fervientemente a un por favor, y Yokozawa finalmente ofreció una sugerencia propia.

-Entonces, apreciaría si usted simplemente vende un montón de libros de Marukawa; de ese modo, mi rango subiría. Pero, ¿no deberíamos ir a hacer ese reporte ahora?

-¡¡Oh, cierto!! -ella saltó directo al nuevo tópico de conversación, para alivio de Yokozawa. Naturalmente él estaba encantado de que ella quisiera expresar su gratitud, pero de ninguna manera podía aprovecharse de la generosidad de una mujer más joven.

-Entonces, ¿vamos? -la plataforma se había vaciado de la mayoría de la gente mientras ellos estuvieron conversando, y junto a Matsumoto, se dirigieron a los molinetes.



* * * *



-Maldición, llego tarde...

Él había dicho que solo le llevaría una media hora llegar allí, pero cerca de una hora había pasado desde que hubiera hablado por teléfono con Kirishima. Acompañar a Matsumoto a hacer el reporte de su incidente al personal de la estación había llevado más tiempo de lo esperado, pero luego de explicar los detalles del incidente, fueron informados de que él tenía un gran parecido con el sospechoso de otras quejas recientes, y que una investigación estaba actualmente en curso. Un criminal tan bajo y cobarde merecía que lo atraparan tan rápido como fuera posible, e hizo que Yokozawa lamentara aún más el haberlo dejado escapar, pero poco había para hacer a parte de dejárselo a los profesionales.

Yokozawa pasó volando a través de los molinetes y subió las escaleras como un dardo, y cuando se iba acercando al almacén cercano a la estación, encontró a Kirishima esperándolo mientras leía en el puesto de revistas.

-Lo siento, estoy tar... espera, ¿qué estás leyendo..?

-Montly Japun. ¡El número de este mes está particularmente bueno!

-Ya leí la edición de anticipo la semana pasada. Y, tú eres una de las personas que hacen la maldita cosa; ¿cuál es el punto de leerla ahora? -ellos habían chequeado todos los rincones y rendijas que los lectores jamás considerarían siquiera antes de mandarlo a la imprenta; Yokozawa no podía ver ninguna razón para leerla en el puesto de revistas.

-Pensé que quizás notaría algo al leerla desde una perspectiva distinta de la usual.

-¿Eso crees?

-Bueno... al menos estoy satisfecho de que no hubieran errores de impresión. Iré a comprar algo de leche; espérame aquí -devolvió el número de Japun a su lugar y se dirigió al área de bebidas. Justo cuando pensaba que el tipo tenía un punto de vista decente... quedó un tanto impactado al darse cuenta de que él solo estaba buscando errores de impresión.

Esperando a que Kirishima terminara de pagar, Yokozawa recorrió con la vista el puesto de revistas. Tal vez debido a que era la fecha de lanzamiento, había una pila bastante grande de revistas relacionadas al matrimonio alineadas con las palabras "EDICIÓN ESPECIAL DE SEGUNDAS NUPCIAS" en letras grandes. La razón por la que una revista sobre información matrimonial picó su interés ahora, cuando antes no le hubiera prestado atención... podría haber sido debido a la silenciosa presión que estaba recibiendo últimamente por parte de sus padres.

Más de la mitad de sus amigos de secundaria estaban casados ahora, y un número no pequeño de ellos también tenía hijos. Cada vez que recibía tarjetas de año nuevo con fotos, no podía evitar sorprenderse de cuan rápido estaban creciendo todos. Sus padres probablemente se habían dado por vencidos con su hijo quien no había tenido una relación seria en su vida. Ellos no estaban presionando a Yokozawa de ningún modo en particular, pero él sabía que ellos sentían un poco de envidia cada vez que una postal llegaba haciéndoles saber que uno de sus amigos había tenido un bebé.

Y él estaba de todo menos seguro de que la razón por la cual se sentía culpable al ver así a su madre era porque él sabia muy bien que no podría pintar para sus padres el futuro que sabía ellos querían.
Mientras soltaba un silencioso suspiro, Kirishima apareció detrás de él, habiendo terminado de pagar:

-Lamento la espera. 

-Oh, no; después de todo, yo fui quien te hizo esperar. Debiste solo dejarme un mensaje y haberte dirigido a casa.

-No, no es gran cosa, viendo que yo mismo acababa de llegar aquí... ¿pero pasó algo? Tu tren no estaba atrasado ni nada, ¿cierto?

-En realidad, verás...

Yokozawa tardíamente divulgó todos los detalles de la situación mientras dejaban el almacén y se dirigían al departamento de Kirishima. Cuando sacó a relucir las cobardes acciones del mano larga, la expresión de Kirishima se ensombreció cambiando por una de adusta ira.


-Eso es simplemente imperdonable.

-¿Cierto? Y bueno, la sangre me subió a la cabeza y antes de que me diera cuenta, había agarrado al tipo.

-Suena como algo salido de un programa de televisión, ¿sabes? Y aunque estaría feliz de que todos esos pervertidos se cayeran muertos, debo admitir que desearía haber visto tu gallarda figura~

-Si hubieras estado ahí, tú probablemente te hubieras movido antes de que yo pudiera hacer nada y le hubieras dado una buena paliza antes de que siquiera llegara la policía -.

Kirishima definitivamente podía parecer bastante despreocupado a primera vista, pero el hecho de que fuera un padre, con una hija propia, lo imbuía con un fuerte sentido de justicia. Fue solo luego de entrar en una relación con Kirishima de esta manera que Yokozawa realmente notó cuan encendido podía ponerse. 


-Hey, no seas grosero; no hay forma de que yo haga algo tan estúpido como recurrir a la violencia. Probablemente yo le daría una severa reprimenda, para asegurarme de que aprenda su lección -

Yokozawa se preguntaba en el fondo de su mente si "severa reprimenda" de hecho significaba "amenaza", pero lo dejó pasar. -... Hey, ¿qué pasó ahí? 


 No era una herida seria, pero no era precisamente agradable que Kirishima notara la prueba de la desgracia de Yokozawa, y él trató de esconderla con indiferencia, pero Kirishima estiró una mano y lo sujetó.


-Es solo... ese pervertido imbécil me rasguñó cuando se dio a la fuga. Lo perdí en la multitud. 


Cuando Yokozawa, a regañadientes, explicó los detalles, la expresión de Kirishima inmediatamente se volvió peligrosa: -Maldito bastardo... Si yo hubiera estado ahí, no hubiera tenido las agallas de intentar escapar. Asegúrate de desinfectar eso cuando lleguemos a casa.


Un escalofrío recorrió el espinazo de Yokozawa ante las frías palabras, era difícil saber que tan serio estaba siendo Kirishima ahora mismo. En un esfuerzo desesperado por disipar la pesada atmósfera, Yokozawa despreocupadamente cambió de tema:

-Oh, así que... ¿la chica que ayudé? Resulta que ella trabaja a medio tiempo en Libros Marimo. Aparentemente ella me vio en la tienda antes, pero yo estaba un tanto impactado al enterarme que ella me reconocía.

-Pequeño mundo, ah.

 -Bueno, yo estaba de regreso de Marimo, así que supongo que no fue tanta coincidencia -



Él había estado inquieto cuando ella dijo su nombre, pero luego de oír su explicación, podía entenderlo. Ella probablemente acababa de terminar su turno cuando Yokozawa había dejado la tienda. Dado lo mucho que sobresalen los representantes de ventas de las compañías editoriales, no era precisamente raro que lo reconociera personal de la tienda no relacionado. 


-Sabes, si esto fuera un manga, eso sería una gran bandera roja. ¿Seguro que no se enamoró de ti?


Él dejó escapar una risotada ante las palabras Kirishima: -Claro que no -

Estaría en muchos problemas si la gente fuera propensa a enamorarse de él solo por cosas como esta. Ella simplemente había estado apoyándose en su amabilidad en una situación difícil, eso era todo.


-Ella no te pidió tu número de teléfono ni nada, ¿cierto?

-No lo hizo. Solo conversamos de cosas triviales en el camino de regreso, como que está vendiendo bien ahora, sus compañeros de trabajo, ese tipo de cosas.

-¿Vinieron aquí juntos?

-Su estación más cercana estaba una estación más allá. Ella acababa de pasar por una situación traumática, no podía dejar que subiera a un tren lleno por su cuenta -



 Inicialmente ella parecía una chica realmente tranquila, pero una vez que empezaba con un libro que le gustaba, era difícil pararla. Tal vez ella solo había estado emocionada de saber que uno de sus autores favoritos también lo era de Yokozawa, pero ella parecía haber disfrutado bastante cuando daba su opinión sobre el más reciente volumen lanzado. Solo había sido una pequeña charla sin sentido, pero si consentirla un poco significaba que ella podría olvidar lo que había pasado por tan siquiera un momento, entonces había valido la pena.

-También dijo que quería agradecerme, pero no podía permitir que una mujer más joven que yo hiciera ese tipo de cosas, así que solo le dije que se asegurara de vender muchos títulos de Marukawa Shoten. ¿No soy el mismísimo modelo de un vendedor?

-Bueno estoy seguro de que ella es muy entusiasta en su trabajo y todo... pero dijiste que trabajaba en la caja registradora, ¿no? Estoy seguro de que hará su mejor esfuerzo... pero no es nada sobre lo que precisamente ella tenga poder.

Ante el comentario incisivo de Kirishima, Yokozawa se quedó mudo; cuando hizo la sugerencia, no había pensado en eso para nada.

-... Pero, ella podría tener su propia sección algún día -devolvió con rencor. Seguro, si ella trabajaba allí el tiempo suficiente, era factible que ella pudiera ser puesta a cargo de algo aparte de la caja registradora.

Aun si no era un área relacionada a los comics, mientras que ella promocionara los libros de Marukawa Shoten, eso era suficiente. 

 -Seguro, ella podría hacer su mejor esfuerzo si es por ti.

Él frunció el ceño ante la insinuación oculta en las palabras de Kirishima.

-¿Que se supone que significa eso? Si tienes algo que quieras decir, ¡adelante, dilo! -. Quizás era solo su imaginación, pero el modo de interactuar de Kirishima parecía un poco diferente de lo usual hoy. 

-... No es nada. Rayos, ¡estoy famélico! Vamos, Hiyo está esperando por nosotros, así que pongámosnos en marcha.

-Hey, ¡no trates de cambiar de tema!

-¿Qué crees que habrá para cenar esta noche?
-a Yokozawa lo dejaron sin poder precisar la fuente de su recelo cuando se cambió rápidamente de tema. Estaba garantizado, no era precisamente raro que Yokozawa se encontrara a sí mismo a merced de la conducta de Kirishima de esta manera, y si el comenzaba peleas por cada pequeña cosa, no habría final para ello. El hecho de que él hubiera cambiado de tema tan abruptamente significaba que Kirishima no quería discutir el asunto más allá.

 -...-

Era difícil captar los sentimientos de Kirishima, dado que él muy raramente se dejaba alterar, y Yokozawa soltó un pequeño suspiro ante el perfil de Kirishima, una perfecta cara de poker.



[Parte 2]


-Hiyo... tienes sueño, ¿no? Yo terminaré aquí, así que tú ve a la cama -urgió Yokozawa, parado en la cocina lavando los platos antes de entregárselos a Hiyori para que los secara.

-¡Todavía estoy bien! Solo queda un poco más, así que me quedaré hasta que hayamos terminado.

-Haz estado bostezando como loca desde hace ya un rato, no te presiones. Ya tienes los ojos medio cerrados -mientras sacaba esto a relucir con una risa, Hiyori alzó la mano y se restregó los ojos; pero la fatiga de un niño no puede disiparse tan fácilmente, y dejó escapar otro gran bostezo.

-¡Aah... AH! -Hiyori inmediatamente lució avergonzada ante el reflejo que no pudo contener, y la adorable manera en que ella trataba de ocultar su boca abierta con ambas manos pegadas a su cara inspiro aún más risas.

Hiyori acababa de entrar al 5° grado de la escuela primaria la primavera pasada, y dado que era la hija de un padre soltero, generalmente era muy centrada; sin embargo, cuando hacía una cara como esa, quedaba claro cuan niña era todavía.

  
  -Tengo esto bajo control; busca a Sorata y ve a tu habitación.
  -Mmm bien, entonces, ¿te importaría?

  -Seguro, déjamelo a mí. Me aseguraré de guardar todo, así que no te preocupes.

  -¡Okay! ¡Buenas noches, Oniichan!
 
   -Buenas noches.

Hiyori salió corriendo para recoger a Sorata, quien había estado enroscado en el sofá, y se tambaleó sobre sus inestables pies hasta su habitación. Yokozawa la miró partir con una leve sonrisa colocando el último de los platos en el secaplatos.

-Y ahora... -secó sus manos mojadas con una toalla y guardó los platos que Hiyori ya había secado en el aparador del comedor. Cerrando las puertas correderas de vidrio del mueble, los ojos de Yokozawa fueron atraídos hacia el pequeño altar de diseño sencillo al lado del aparador.


Era un altar para la fallecida esposa de Kirishima, Sakura.


Había oído que ella falleció luego de que su salud declinara posterior al nacimiento de Hiyori, nada más, y no había modo alguno en que pudiera preguntar más tampoco. La adorable mujer de las fotos, que él veía igual a Hiyori, estaba en una junto a Kirishima, con una brillante y amplia sonrisa, mientras sostenía en sus brazos a una pequeña recién nacida Hiyori en una habitación de hospital.

Sabía que ellos aún dejaban flores para ella, pero además de eso, nunca había oído ni una palabra sobre ella de boca de Kirishima, lo cual era normal, pero él no podía descifrar que diablos tenía él en común con la mujer sonriendo en el portaretratos.

No quería presionar sobre el pasado de Kirishima, por supuesto, pero... al ver ese altar día tras día, ahora no podía evitar la persistente curiosidad.


-...-

Esto lo había molestado desde que él y Kirishima se habían acercado más en su relación: ¿por qué lo había elegido a él?


Ellos habían interactuado ocasionalmente en el trabajo cuando Yokozawa estuvo involucrado con uno de sus proyectos de comics, pero eso era todo lo que siempre hubo. Ciertamente ellos no se conocían lo suficiente como para salir jamás a tomar unos tragos juntos, y cada vez que se encontraban en los pasillos de Marukawa, ellos simplemente intercambiaban los saludos más básicos y seguían su camino. Si nunca se hubieran topado el uno con el otro en ese bar aquella noche en la que Yokozawa intentaba ahogar sus penas... él no estaría frecuentando la casa de Kirishima de esta forma ahora; y cuando lo pensaba así, lo dejaba sintiéndose... extraño.


En una ocasión, Kirishima le dijo que había sido porque vio algo de sí mismo en Yokozawa, pero aun así, ¿usualmente te involucrarías tanto con alguien solo basado en eso? Él no podía contar la cantidad de veces en que intentó preguntar "¿Realmente estás de acuerdo con que sea yo?". La única cosa que lo había detenido antes de expresar sus preocupaciones... había sido, probablemente, que en el fondo él estaba honestamente asustado de lo que Kirishima fuera a decir. No podía precisar que era exactamente aquello que lo asustaba, pero las dudas y las preguntas se atascaron en su pecho como pequeñas espinas.



-¿Qué estás haciendo ahí con la cabeza en las nubes? El baño está libre.





Yokozawa reaccionó volviendo en sí ante la voz de Kirishima que lo estaba llamando.


-Oh, cierto.

-¿Lavaste los platos? Gracias


-Es solo lo normal pues tú me invitaste a cenar. Además, Hiyo estuvo ayudándome hasta hace solo un minuto; si vas a agradecerle a alguien, agradécele a ella.

  -¿Ahora está durmiendo?


 -Sí, se veía exhausta, así que le dije que se fuera a la cama.

   -¿Y Sorata?


   -En la habitación de Hiyo, con ella -



Cuando estuvo viviendo en la casa de Yokozawa, Sorata solo se acurrucó en la cama en noches frías, pero aquí, sin importar cuan sofocante fuera la noche, siempre dormía con Hiyori. Ella realmente debía gustarle...


Kirishima sacó una cerveza del refrigerador y tomó un largo trago, probablemente estaba sediento por el baño.

-¿Quieres una también?

-No, tomaré una luego de mi ba... espera, no importa. Vale, dame una.


-Aquí tienes.

-Gracias.


Por alguna razón, él se sentía con ganas de tomar algo ahora mismo. Cogiendo la lata que Kirishima le había pasado, se acomodó en el sofá. Quería deshacerse de algunos de estos sentimientos de duda y desesperación con el poder del alcohol.

Tiró de la lengüeta y llevó la lata hasta sus labios, pero esta noche no podía disfrutar de la refrescante sensación del líquido bañando su garganta, dejando en cambio solo un sabor amargo en su lengua.


  -Últimamente ha estado tan condenadamente caluroso, todos los días... Pero eso solo hace que la cerveza sea aún más sabrosa.

-Ah, ¡hey, no bajes la temperatura solo porque a ti te parece!

-Kirishima se había acomodado al lado de Yokozawa y había tomado el control remoto del aire acondicionado, ajustando la temperatura unos grados más bajo.

  -Vamos, acabo de salir del baño, está bien. Esta un horno aquí... -tiró de su camiseta y la dejó aletear contra u piel.

Yokozawa se estremeció ante el aroma a jabón que impregnó el aire, reprendiendo a Kirishima para ocultar su agitación: -Hey, no te sientes por ahí con el pelo todo mojado, mojarás es sofá.


 -Estás empezando a quejarte de mí tanto como Hiyo.

-¿De quién es la culpa de que yo me sienta como si debiera?

-Sí, sí, me disculpo~ -se inclinó hacia adelante, luciendo extremadamente indignado, y comenzó a secar su enmarañado cabello con la toalla que traía colgada al cuello.

-...-



El corazón de Yokozawa dio un vuelco en su pecho ante la visión, y por un momento se encontró observando cautivado... porque le recordaba tan vivamente el momento que había comenzado toda esta relación.

Para ser precisos, su "comienzo" había ocurrido unas cuantas horas antes de ese momento, sentados uno al lado del otro en un izakaya, pero Yokozawa no tenía recuerdos claros de esa noche. Al despertar en un hotel de negocios desconocido, no pudo creer en en sus propios ojos cuando Kirishima salió del baño.

Nunca había estado tan impactado en toda su vida, y aunque eventualmente se supo que ellos no habían hecho nada indecente, una docena de teorías descabelladas habían pasado por su mente en ese preciso momento. "Cuan lejos habían llegado, quien estuvo abajo..." Estuvo tan frustrado con su incapacidad para recordar algo siquiera. ¿Y luego tener que soportar que los eventos de esa noche fueran usados como medio para una amenaza? Él estuvo enloquecido.

Seguro, ahora podía mirar atrás y realmente encontrar todo el asunto un tanto divertido, pero no había manera de saber cuantos años de su vida había perdido por ese incidente.

-Unas cuantas semanas más y Hiyo comenzará sus vacaciones de verano, ah... Supongo que eso es algo que solo los niños pueden hacer: tomarse todo un mes de descanso. Quizás yo también me tome unas vacaciones, ir a un rosort de verano. Probablemente tenga acumulados suficientes días de vacaciones pagos...


-Oi, si te tomas un mes de descanso, no podrán sacar esa revistilla tuya o ninguno de tus comics -.



Por supuesto, a Yokozawa le hubiera gustado tomarse unas largas vacaciones si pudiera, pero él se preocupaba de que no haría nada sino pensar todo el tiempo en todo el trabajo acumulándose, y el solo pensar en tener que lidiar con esa montaña de trabajo le hacía retorcer el estómago.


La gente siempre habla de los síntomas de un "adicto al trabajo", pero Yokozawa pensaba que esa definición solo le recordaba a un típico empleado.

-No, estaría bien; ellos se las arreglarían sin mí de alguna manera. Después de todo, mis subordinados son de lo mejor. En realidad, probablemente ellos puedan trabajar más cómodos y sacar un buen producto sin tener a alguien siempre encima de ellos.


Yokozawa se sobresaltó ante el frívolo comentario de Kirishima. Él estaba haciendo estas sugerencias de un modo jocoso, pero ciertamente no se oía como si estuviera bromeando.


-Hey, dime que en verdad no estás seriamente considerando tomarte un mes de vacaciones, ¿cierto?

-Ciertamente sería agradable mandarse a mudar. Oh, ¿a qué hora salimos en la mañana?



Al día siguiente estaban planeando ir juntos a una película que Hiyori quería ver, con almuerzo y compras en la agenda, luego de eso. Ya había pasado un tiempo desde que Yokozawa había ido a ver una película; cada vez que hubo una película en la cual él estaba interesado, la habían sacado de cartelera antes de que él se diera cuenta.

-Bueno tenemos nuestros asientos reservados, así que si salimos alrededor de las nueve, deberíamos andar bien, creo. Pero, luego... Hiyo siempre se levanta temprano...


El mayor cambio que había experimentado desde que pasaba tanto tiempo alrededor de un niño estaba en el ritmo de su estilo de vida. Hiyori era del tipo "acostarse temprano, levantarse temprano", e incluso los domingos, estaba levantada a eso de las seis. Generalmente ella era considerada y los dejaba dormir hasta tarde, pero no podía dejársela sola sin siquiera algún desayuno. Una vez que Yokozawa se puso el objetivo de levantarse temprano con ella, el ser alguien que se levanta temprano, incluso los fines de semana, se había convertido en parte de su rutina diaria.

-¿Entonces nosotros también deberíamos ir a dormir temprano esta noche? Hiyo tendrá una rabieta si nos quedamos dormidos.


-Tú realmente no sacas el trasero de la cama en tus días libres, ¿no? -.




A pesar del hecho de que los días de semana lo veían levantarse incluso más temprano que Hiyori, en sus días libres, Kirishima podía dormir aun con la aspiradora encendida en su propia habitación. En los días en que tenían planes, Hiyori típicamente tendría que sacarle su edredón y gritar en su oído para despertarlo.


-Mi interruptor simplemente no se enciende cuando sé que es fin de semana, eso es todo. Aunque, estoy seguro de que podría hacer el esfuerzo de despertarme si tú... ¿me dieras un beso?


  -Seguro que podrías
-lanzó una fría mirada a Kirishima y se tomó su cerveza. A Kirishima le gustaba evaluar sus reacciones ante comentarios como ese; y aunque Yokozawa inicialmente había reaccionado de manera exagerada ante las superficiales bromas, hacía no mucho, finalmente había aprendido a simplemente dejarlas correr.

-Hey, sí, ¿por qué no dormimos juntos de vez en cuando?

-¿Qu-? ¿Quién demonios haría eso? -.



Kirishima había susurrado la sugerencia justo en su oído y Yokozawa casi escupe su cerveza. Luchando contra una tos de ahogado, dejó la lata segura sobre la mesa y alzó su voz, con la cara toda colorada, a Kirishima, quien solo reía ante el espectáculo.

-Estoy honrado de que te pongas así de alterado por la simple idea.

-¡Yo... no estoy alterado!

-¿Oh no?


-... ¿Qué se supone que significa eso?

-Nada~ -Kirishima se puso de pie con una misteriosa sonrisita en sus labios, luego se acercó y despeinó el cabello de Yokozawa.

-Hey. ¡Deja de hacer eso! No soy un niño. ¡Dije que te detuvieras!

-Lo siento, lo siento. ¡Es un reflejo!


Yokozawa observó mientras Kirishima regresaba a la cocina con su lata en la mano, pasándose los dedos por el cabello en un esfuerzo por acomodar sus despeinados mechones.


-... Reflejo, mi trasero -.

A pesar de su edad, el hombre a veces podía actuar realmente como un niño, igual que los niños que, queriendo llamar la atención de Hiyori, la molestaban a propósito.


Kirishima había estado al acecho, rehusar la acusación había sido poco más que un show, pero no era precisamente lo suficientemente objetivo como para hacerse cargo del hecho de que este tipo de cosas lo irritaban día y noche. Hubiera sido agradable si él pudiese esforzarse por ser tan honesto como Hiyori, pero eso era casi imposible dada su largamente cultivada personalidad contraria.


-...-

Terminó el resto de su cerveza, luego se puso de pie para tirar la lata vacía, y encontró a Kirishima agachado inspeccionando los contenidos del refrigerador: -¿Qué estás buscando? No estarás planeando beber más, ¿no?


-Solo estoy chequeando las fechas de vencimiento. Probablemente deberíamos pasar por el mercado en el camino de regreso mañana.

-No compres demasiado. Tú terminas cargando el carrito con demasiadas porquerías cuando vas de compras-.



A él le gustaba comprar al por mayor solo porque algo estaba barato, o comprar artículos sin pensarlo bien. En ese aspecto, al menos Hiyori era mucho más centrada.


  -No es como si pudiera evitarlo. Yo no cocino nada, así que no conozco mis límites.

  -Me sorprende que consiguieras llegar hasta aquí. 

  -Bueno fue más que nada gracias a mi mamá y a Hiyo. Hiyo se parece mucho a su madre, realmente confiable, así que eso ayudó. 

 -... Ah, ya veo.


Su madre.

La mera palabra envió un escalofrío a través de su pecho. Quizás lo que Yokozawa estaba sintiendo no era simple preocupación o aprensión... sino culpa.Una conciencia culpable nacida por sentarse en lugares en los que una esposa debería sentarse, que se le devolviera una sonrisa que debía ser devuelta a una esposa.



-Bueno, lo que sea. Estoy seguro de que las cosas funcionarán si solo le dejo las compras a Hiyo... ¿Yokozawa?

-Ah... ¿qué?

-... Yo debería estar preguntándote eso. ¿Qué pasa contigo hoy? Has estado con la cabeza en las nubes... No te estarás por enfermar, ¿no?

-Estoy bien. Acabo de estar fuera haciendo mis rondas. Probablemente solo estoy cansado
-haciendo a un lado la preocupación con una respuesta concisa, aplastó la lata, todavía en su mano, y la tiró en el tacho de los reciclables.

Comprendía bien que estos sentimientos no eran de esos que debería guardar para sí mismo, pero no tenía el valor de expresar las preocupaciones que se retorcían en su pecho en este momento.

-Bueno, no te esfuerces demasiado. Es admirable, ser predispuesto y todo, pero si tú mismo te dejas exhausto no servirá de nada.

-Sí, sí, lo sé.


-¿Qué tal si compramos una buena carne mañana? Tienes aumentar tus fuerzas así no colapsas en este calor.

-Carne, ah... Sin embargo, no he estado con ganas de carne últimamente...

-tal vez se debía a la ola de calor, pero no había tenido mucho apetito, y punto. Nunca antes había experimentado cambios en su apetito debido a las estaciones, así que quizás realmente se estaba volviendo viejo.

  -¿Qué hace un tipo joven diciendo tonterías que lo hacen ver como un viejo? ¡Todavía eres demasiado joven para que te ataque el síndrome metabólico!

-Oi, ¡qué estás..! -

Kirishima deslizó sus brazos alrededor de Yokozawa desde atrás y metió sus dedos por debajo el dobladillo de su camisa para levantarla.

-Soooolo chequeando para ver si ya tienes una pequeña barriga o algo.

-Bueno, ya chequeaste-.


Kirishima miró hacia abajo desde donde tenía su barbilla descansando en el hombro de Yokozawa mientras Yokozawa alejaba la mano que Kirishima tenía trepando bajo su dobladillo, y se reacomodó su camisa, metiendo firmemente el dobladillo bajo la cintura de su pantalón para que Kirishima no pudiera conseguir agarrarle otra vez.


-Y deja de colgarte de mí cuando está tan sofocante.

-Vamos, no te sonrojes~

-No lo estoy. Ya te dije: hace calor.

-Hum, eso me recuerda, ya ha pasado un buen tiempo, ah... ¿Qué tal si te hago sentir más calor?

-¿Qué demonios estás pensando hacer? ¡Acabas de sugerir que "vayamos a dormir temprano esta noche"! -

aún no estaba acostumbrado a que Kirishima lo tocara. No era que le disgustara, pero cualquier placer era opacado por la vergüenza y la incomodidad que venían asociados. Además, Hiyo vivía ahí. No podía precisamente esperarse que él se excitara en tales condiciones.


Sin embargo, Kirishima le dio poca importancia a los reparos de Yokozawa y comenzó a aflojar su cinturón deslizando una mano por debajo de su cintura.


-Está bien... ¿solo un poco?

-¡Hng! -
no pudo evitar el bobo sonido que escapó de sus labios cuando Kirishima súbitamente envolvió sus dedos con firmeza alrededor de su hombría. Si él no mantenía su voz baja a esta hora, de seguro Hiyori se despertaría.


-Tú... idiota, ¡ya basta! -bufó en advertencia a Kirishima, quien parecía estar disfrutándolo, pero quien, sin embargo, no parecía tener oídos para escucharlo. Con sus caderas atrapadas en un fuerte abrazo, Yokozawa no tenía forma de escapar fácilmente.


-Me ocuparé de ti rápidamente, no te preocupes. Además, estás a punto de entrar a la tina, ¿cierto? Así que a quien le importa cuan sudoroso te pongas...

-Ese... ¡no es el punto..!


Cogió los brazos de Kirishima y trató de tirar de ellos para soltarse, pero luego se congeló ante una amenaza expresada en tono casual: -Sigue chillando y despertarás a Hiyo.

-Eso es... bajo...

-A palabras necias...
-el divertido tono de su voz se debía claramente a que sabía que Yokozawa no podía resistirlo con su aliento fluyendo sobre su cuello con todas y cada una de las palabras que decía.

-... ¡Hng..!


Los dedos envueltos alrededor de él comenzaron a moverse sensualmente, y Yokozawa apretó los dientes, luchando contra la respiración y los suspiros que intentaban escapar de sus labios. El calor corporal resonando a través de él desde atrás y el aroma del shampoo abriéndose camino hacia su nariz solo servían para aumentar aún más la ya elevada temperatura de Yokozawa.

Kirishima dedicó largas y dulces caricias masajeando el pináculo en círculos con sus dedos. El suave deslizamiento de los dedos sobre la piel reveló cuan húmedo estaba ahora, y aunque odiaba hacerse cargo de ello, debía admitir: los dedos de Kirishima eran increíbles.

-¿Ves? Te estás excitando... -susurró Kirishima, imprimiendo un beso justo debajo de su oreja.


  -No... necesito tu... maldito comentario...
-pero la verdad de la situación expuesta con tanta claridad puso su mente en punto de ebullición.


Cada vez que se encontraba en los brazos de Kirishima, sentía como si súbitamente regresara a ser un púber adolescente. Todo lo que había experimentado en todos sus años parecía insignificante, dejándolo con poco para hacer sino entregarse para que jugaran con él. No podía evitar pensar en los momentos en que luchó con su innata naturaleza inquebrantable como si fueran simplemente otra forma en la que Kirishima jugaba con él.

-¿Por qué... siempre tengo que... ser yo el que..?

  -No es como si yo pudiera remediarlo. Si yo no doy el primer paso nunca haríamos cosas como esta. Si te libro a tu suerte, tú solo te sentarías por ahí balbuceando nada más que cosas sobre el trabajo o Hiyo o Sorata. Intenta tener un poco en cuenta la atmósfera de vez en cuando.

  -Eso es... -
pero cerró la boca inmediatamente ante el comentario dicho de una manera demasiado "en tu cara". Él nunca fue bueno para ambientar las cosas, y tampoco cuando alguien más lo hacía. La inquietud y la incomodidad mostraban su cabeza primero, y él terminaba sin poder seguir adelante con ello.


  -Así que... ¿por qué no me lo dejas a mí entonces?

-No... digas porquerías que yo no puedo compren... ¡Ah!



Kirishima aplicó más fuerza a los dedos que acariciaban a Yokozawa, haciendo que instintivamente él se encorvara hacia adelante, y en un movimiento reflejo clavó sus uñas en los brazos que Kirishima envolvía alrededor de él para mantener la postura.

-Si recuerdo correctamente... este es uno de tus puntos sensibles, ¿cierto? -Kirishima deslizó un dedo bruscamente a lo largo del dorso, desde la raíz a la punta, enviando una corriente al abdomen de Yokozawa, y él contuvo un gemido que amenazaba con escapar.

Devolvió una mirada fulminante a Kirishima, chirriando en respuesta a su descarado comentario: -Haa... ¡ah! ¿Có-mo... demonios es esto... poner dehumor..?



-Solo me estaba asegurando, nada más... Pero bueno, puedo ver que la respuesta es bastante obvia.

Kirishima se echó hacia adelante y suavemente mordisqueó el lóbulo de su oreja provocando una leve sacudida en sus hombros: -¡..! -la lengua repasó el contorno de su oreja antes de sumergirse brevemente en su interior, y los sonidos chapoteando justo sobre su tímpano, enviaron escalofríos por su espinazo.

-... Nunca permitas que ese tipo te ponga una mano encima otra vez.

-¡¡!!



Estas palabras fueron pronunciadas con una voz más grave que la que Kirishima había estado usando antes, y Yokozawa instintivamente bajó la mirada hacia el dorso de su mano. Parecía que Kirishima había estado aún más preocupado por los rasguños bajo el vendaje que Hiyori había colocado, de lo que Yokozawa había estado. Enfrentando tan inesperada muestra de posesión, la temperatura de Yokozawa se disparó y sus sentidos se aguzaron, siendo súbitamente llevado a un punto sin retorno.



-¡Suélta...me..!


-¿Estás seguro de eso? Si yo me detengo, tú serás quien lo lamente.











Kirishima masajeó el pináculo con la punta de sus dedos, y un gemido consiguió liberarse de la garganta de Yokozawa: -... ¡Ah! ¡Hng... ah..! -empujado hasta el punto de quiebre, Yokozawa ya no podía mantener su voz baja.


-Deja de ser tan testarudo; solo relájate y disfruta. 

-Cálla... te... -que lo sermonearan como si fuera un niño lo exasperaba como ninguna otra cosa, pero aunque la actitud calmada y tranquila de Kirishima lo irritaba, ya estaba demasiado entregado como para dar marcha atrás. Intentó apretar los dientes y soportarlo, pero la creciente oleada de placer lo estaba despojando de toda razón, abandonándolo al inexorable ahogo de la sensación del éxtasis.

-No tienes porque luchar. Vamos, córrete.

-Hng... ¡a-ah!
-él alcanzó el éxtasis ante la incitación de Kirishima, ensuciando sus pantalones y la mano que asía su hombría, dejando su cabeza, que había estado volando en la fiebre del momento, una vez más, fría.

  Kirishima dejó un suave besito en su mejilla, expresando elogios que tenían como objetivo irritar a Yokozawa, quien recién recuperaba el sentido: -Buen niño.

Yokozawa reaccionó bruscamente ante el comentario que lo dejaba sintiéndose poco más que como un niño siendo recompensado, alzando su voz con un: -Tú... -. No podía remediar la forma en que este aspecto de Kirishima lo irritaba. Quizás solo era simple confianza que se adquiere con los años, pero que se lo refregaran en la cara de esta forma le crispaba los nervios.

Quería echarle bronca al tipo un poco más, pero mientras lentamente recuperaba su compostura, se avergonzó de que lo hicieran ver como si él fuera el único alterándose por esto, y su rostro lentamente comenzó a levantar temperatura otra vez.


Kirishima devolvió una expresión serena en dirección a Yokozawa mientras se enjuagaba las manos en el fregadero: -Sin embargo, apuesto a que te sientes como nuevo ahora, ¿cierto? Me gustaría pedirte que me devuelvas el favor... pero podemos guardarlo para la próxima vez.

-¿Quién demonios dijo algo sobre devolver el favor?

  -¡Shh! Mantén la voz baja.


-¡..! -

Kirishima alzó un dedo haciendo un gesto de silencio y Yokozawa inmediatamente recordó donde estaban; si Hiyo se despertaba, ellos tendrían que inventar alguna excusa. Yokozawa se mordió la lengua con la intención de no cavar su tumba aún más profundo de lo que ya estaba. Odiaba escapar con la cola entre las piernas pero esta parecía ser la opción más sabia en este momento:

   -... Tomaré un baño.

   - Diviértete~

   -Solo... ¡Suficiente con tu labia! -

Kirishima solo rió alegremente ante la réplica de Yokozawa, y él se admitió a regañadientes que esa personalidad de Kirishima era probablemente la razón por la cual no podía genuinamente odiar al tipo, a pesar de la burbujeante irritación a punto de ebullición dentro suyo.

Pero la pegajosa y resbaladiza sensación era cruda e insoportable, y Yokozawa partió hacia el tocador a toda velocidad en un esfuerzo por disipar el disconfort.





PARTE 3



El tiempo había estado con sol radiante y cielos límpidos sin una nube a la vista desde la mañana, y el sol brillaba sin misericordia, como intentando achicharrar todo en su camino, disparando la temperatura por los cielos.


La razón por la que Yokozawa estaba fuera vestido con corbata a pesar de ser su día libre se debía a que hoy él tenía trabajo: un evento de firma de autógrafos se llevaba a cabo en Tokio, Nagoya y Osaka para celebrar la reimpresión de un título que salía con la revista Monthly Japun. Aunque originalmente el plan había sido solo hacer el evento en Tokio, la agenda se volvió brutal en un intento de hacer escala en las tres ciudades en tan solo dos días luego de que el autor expresara su deseo de conocer a tantos fans como fuera posible, y las tiendas enfilaron todos sus entusiastas pedidos en la misma dirección.
Siempre era una bendición cuando los autores ofrecían su apoyo por su propia voluntad, tener tal respaldo del creador se traducía en verdadero entusiasmo para hacer el trabajo por parte del equipo de ventas.


     -Pero, rayos, que calor hace...

     Parecía que muchos estudiantes ya habían comenzado sus vacaciones de verano, y las calles estaban llenas de jóvenes vestidos con ropa liviana de verano. Conteniendo sentimientos de envidia ante la vista de tantos disfrutando de su juventud, Yokozawa dirigió sus pasos hacía el recinto donde tendría lugar el primer evento de firma de autógrafos: Libros Marimo. 
     Al entrar por la conocida fachada, se enteró de que su subordinado Henmi ya había llegado y se encontraba ayudando con los preparativos para el evento de firma de autógrafos, el cual se llevaría a cabo en un espacio próximo a las escaleras en el primer piso del edificio. Ya se había preparado una mesa y el área se encontraba decorada con ramos de flores que enviaron como felicitaciones el equipo de edición y autores amigos.

     Saludando a su paso a los empleados que conocía, Yokozawa se acercó a Henmi, quien estaba ocupado con los preparativos:

     -Llegaste temprano, Henmi.

     -¡Ah, buenos días, Yokozawa-san!

     -Buen día. Veo que hoy no llegaste tarde.

     El semblante de Henmi se volvió amargo ante el tono de admiración en su voz:

     -¿Qué quiere decir con "hoy"? ¡Eso es injusto, Yokozawa-san! ¡Yo solo llegué tarde una vez, y eso fue cuando recién empezaba a trabajar en la compañía! ¿Cuánto tiempo más seguirá sacando a relucir eso?

     -Oh, ¿así que fue en esa época?

     -¡, fue en esa época!

     No podía evitar tomarle el pelo así a Henmi cuando el hombre se alteraba tan fácilmente. Y por un momento, consideró si quizás era así como se sentía Kirishima cuando le tomaba el pelo, un pensamiento que lo dejó con una sensación extraña. 

     -Bueno, suficiente charla sobre ti. ¿A qué hora dijo Takanashi-sensei que llegaría? Se suponía que Katou iría al hotel a recogerla, ¿cierto? 

     -De hecho, Takanashi-sensei ya está aquí. Parece que estaba demasiado nerviosa y no podía quedarse quieta. Ya le informé sobre la agenda de hoy, así que la hice subir a la sala de espera de arriba. 

     -Iré a saludarla entonces.

El evento de firma de autógrafos del día de hoy estaría a cargo de Katou, el editor a cargo de la autora, y Hitomi, del departamento de edición, Yokozawa y Henmi del departamento de ventas, como así también algunos miembros del personal de la librería provistos como ayudantes.


     Se suponía que los clientes con sus respectivos boletos numerados debían hacer cola treinta minutos antes de que el evento comenzara, pero, tal vez debido a que ellos simplemente no podían esperar, un buen número de fans ya estaban dando vueltas por la tienda, como si hacer cola antes de tiempo fuera a molestar a los demás clientes. 

     Luego de una breve charla con los empleados del piso sobre este tema, Yokozawa subió a la sala de espera. Rechazó un ofrecimiento para guiarlo ya que él había estado aquí una docena de veces antes y se apiñó en el ascensor con Henmi. 

     -Supongo que recordaste las tarjetas que entregaremos como souvenirs, ¿sí?

     -¡Por supuesto! ¡Terminaron viéndose bastante bien a pesar del hecho de que las mandamos a hacer a último minuto!

     La autora había dibujado una ilustración con un mensaje personal a los fans en los momentos libres de su ocupada agenda, y ese dibujo fue convertido en una tarjeta que sería distribuida como souvenir a los fans reunidos hoy aquí.

     Al acercarse a la puerta de la sala de espera, Yokozawa se puso el saco y rápidamente llamó a la puerta. Ante el "¡Adelante!" que le siguió, él entró:

     -Disculpen las molestias. 

     -Ah, buenos días, Yokozawa-san.

     Esperando dentro, encontró al encargado de la tienda, Okada, la estrella del show, Takanashi, y su editor a cargo, Katou, además de Hitomi, quien estaba allí para brindar apoyo.

     Quizás debido a que esta era su primera sesión de autógrafos, Takanashi parecía bastante nerviosa. Había oído que, contrario a su estilo de escritura bastante dinámico, la mujer era bastante tímida y de perfil bajo, y cuando le hizo la sugerencia de este evento a Katou, él admitió "No sé si ella estará de acuerdo o no...".

Parecía que ella había dudado bastante sobre si seguir adelante o no con esto, pero eventualmente decidió que si ella lo iba a hacer, entonces quería ver a tantos lectores como pudiera.
     Yokozawa se abrió camino hasta ella, recordándose a sí mismo ser lo menos intimidante posible, esgrimiendo su sonrisa de vendedor mientras hablaba:

-¿Es usted Takanashi-sensei? Mis disculpas por la espera. Yo soy Yokozawa del departamento de ventas. Muchas gracias por venir en este día tan sofocante. Estamos extremadamente agradecidos de que nos haya permitido un lugar en su ocupada agenda.

     Takanashi se puso de pie de un salto, haciendo atrás su silla con un chirrido e inclinando su cabeza profundamente:

-¡Mu-muchas gracias de mi parte también! Lamento molestarlos a todos de esta forma - sus pequeñas manos estaban temblando mientras tomaba la tarjeta de presentación de Yokozawa. 
     Katou se paró a su lado, hablando en un esfuerzo por calmarla cuando se percató de la preocupación en su pálido semblante:

     -¡Vamos, no hay necesidad de estar tan nerviosa! ¡Al contrario, los fans que vinieron hoy estarán mucho más nerviosos que usted, así que cálmese!

     -¿U-usted cree?

     Hitomi hizo su propio aporte para reafirmar el comentario de Katou:


     -¿Piensa usted realmente que alguno de sus fans sea gente que da miedo? ¡Ellos son fans de su trabajo, así que todos ellos deben ser gente maravillosa!

     -¡Usted ciertamente tiene muchos fans entusiastas! ¡Los boletos para el evento de hoy se agotaron en un abrir y cerrar de ojos, e incluso mientras hablamos algunos de ellos están abajo dando vueltas en la tienda porque no podían esperar!

     El reporte de Henmi pareció hacer más daño que ayudar, y el semblante de Takanashi se ensombreció aún más:

     -¡¿E-ellos están abajo?! Oh cielos, que hago... ahora estoy todavía más nerviosa...

     El carácter sencillo de Henmi generalmente ayudaba en las situaciones como ambientador, pero hoy parecía que el tiro le salió por la culata. 

     -Henmi, ¿qué crees que estás haciendo preocupándola aún más de lo que estaba?

     -Yo-yo-yo-yo, ¡lo siento! ¡Honestamente no era mi intención..!

     -¡Oh, no no! ¡Es mi culpa por ponerme nerviosa!

     Takanashi parecía todavía más intranquila ante los esfuerzos de Henmi por disculparse, y Katou hizo un débil intento por calmarla:

    -Solo vamos... a tomar asiento y calmarnos. Después de todo, aún hay tiempo antes de que comience el evento. 

     Justo cuando todo se estaba saliendo de control, alguien llamó a la puerta:

    -¡Disculpen la interrupción, pero traje unas bebidas para todos!

     La resplandeciente figura que atravesó la puerta no era otra sino la cara bonita de Libros Marimo, Yukina Kou, y la habitación quedó en silencio en el preciso momento en que él apareció. 

     -... Ah, ¿vine en mal momento? -Yukina contempló cautelosamente a los silenciosos espectadores y el casi cómico comentario inmediatamente suavizó la tensión en la habitación, tornando la rígida expresión de Henmi en una de alivio. 

     -¡No, en realidad llegó en excelente momento! -habiendo dado las gracias, todos los demás tomaron asiento nuevamente.   

     -¡Bueno, realmente no entiendo que fue lo que hice, pero estoy contento de haber ayudado!

     Yukina estaba tan radiante como siempre, brillando tanto como para igualar al resplandeciente sol de afuera. En lugar de un aire de "ídolo", él parecía bendecido con el de un "príncipe", y estaba trabajando a medio tiempo aquí dedicando el resto de su tiempo a su ocupación de estudiante de arte. Él no solo se jactaba de tener un gran número de "fans" entre la clientela femenina con su inigualable apariencia y fácil trato, no había nadie más en la tienda que pudiera competir con él cuando de conocimiento de manga shoujo se trataba. Aunque supuestamente él había adquirido la mayoría de su conocimiento luego de comenzar a trabajar a medio tiempo en la librería, parecía que él siempre había sido un ocasional fan del manga shoujo.

     Usando sus innatas habilidades, él diseñaba mostradores para el escaparate de la tienda con el nivel de un experto, y también los elementos de PLV* estaban compuestos por sus entusiastas opiniones y comentarios. No sería ir demasiado lejos decir que había varios títulos que estaban vendiendo tan bien solo por las recomendaciones de Yukina. 

     Él había ganado la confianza de los representantes de ventas de un buen número de casas editoriales, y parecía que varios de ellos buscaban su asesoramiento para la promoción de ventas. 
     Tal vez él ayudaría con el evento de firma de autógrafos del día de hoy. Las cosas ciertamente irían mucho mejor con un individuo confiable como él a mano.

     -Ahora, ¿dónde debería poner estos?

     -Gracias, Yukina-kun. ¿Podrías ponerlos todos en esta mesa de aquí? -ante la sugerencia de Okada, Yukina comenzó a sacar un buen número de botellas pequeñas de la bolsa plástica que traía consigo, alineándolas con esmero.

     -¿Tomará algo, Takanashi-sensei? Como bebidas frías tenemos té y agua mineral, o si usted prefiere algo caliente, tenemos café y té rojo también -

Yukina mostró una leve sonrisa en dirección a la todavía nerviosa Takanashi, y como era de esperarse, ella se quedó boquiabierta y con los ojos abiertos de par en par mientras asimilaba la apariencia de Yukina.

     Yokozawa no podía precisamente envidiar su shock, cuando conoció a Yukina por primera vez, no pudo descifrar porque alguien con su pinta estaba trabajando a medio tiempo en una librería de todos los lugares posibles.

     -Ah, humm, en-entonces, ¿puedo tomar un té, por favor?

     -¿Estaría bien un té verde? Aquí tiene -cuidadosamente quitó la condensación de la botella y se la pasó, y el semblante de Takanashi se relajó un pelín mientras le agradecía. 

     Katou, sentado a su lado, pronto levanto su mano:

     -Ah, entonces, ¿podría tomar algo de agua? ¡Estaba sofocante afuera y estoy muerto de sed!

     -Desde luego, sírvase usted mismo.

     -... Yukina-kun es tan descortés conmigo -carcajadas estallaron mientras Katou se desplomaba abatido en su lugar. Yokozawa le echó una mirada a Takanashi y la encontró escondiendo su risita detrás de una mano, sus nervios parecían haberse disipado completamente para alivio de Yokozawa. 

     -Oh, sí. ¿Así que Kirishima-san aún no está aquí?

     -¡¡!!

     Justo cuando estaba a punto de acomodarse en un asiento vacío, él se sobresaltó en atención al inesperado nombre que salió de boca del encargado de la tienda. Su semblante casi hace un tic involuntario, pero pretendió como si estuviera reacomodando su silla y preguntó a Henmi con indiferencia:

     -¿Hoy vendrá... Kirishima-san? 

     -Por lo que escuché, sí. ¿No estaba usted al corriente?

     -Su-supongo que no.

     La mayoría de las reuniones para discutir los próximos eventos habían involucrado solo a Katou, él se había olvidado completamente de que Kirishima también estaría presente. Él era el editor en jefe, así que no había forma de que no fuera, por lo menos, a mostrar su cara en un evento realizado dentro de los límites de la ciudad. 

     Yokozawa sabía que solo necesitaba mantener una expresión calmada y serena en su rostro, pero encontrarse con Kirishima fuera de sus vidas privadas siempre lo dejaba con un extraño nerviosismo. Recordándose a sí mismo que las muestras de agitación solo incrementaban las sospechas, de alguna manera consiguió mantener una cara de poker.

     Katou sacó su teléfono celular e hizo avanzar el texto en la pantalla buscando mensajes entrantes:

    -Él me mandó un mensaje antes diciendo que las calles estaban llenas y que llegaría un poco tarde. Estoy seguro de que estará aquí antes de que el evento comience, pero no recibí ninguna novedad -justo en ese momento, llamaron a la puerta.
     Yokozawa se preparó para la posible llegada de Kirishima, pero la persona que entró resultó ser una empleada de la tienda.

     -... ¡Ah!

     Pensó que la reconocía. Era la joven mujer que había salvado en el tren el otro día. Si recordaba correctamente, ella había dicho que su nombre era Matsumoto. Ella había mencionado que trabajaba principalmente en la caja registradora, pero hoy había dejado su puesto y tal vez iba a ayudar con el evento de firma de autógrafos. 

     -¡Traje café! 

     -¿Eh? Pero, ¿Yukina-kun ya trajo bebidas para todos..?

     Ante las palabras del encargado, Matsumoto se ruborizó avergonzada:

    -¡¿EH?! ¡¿Lo hizo?! ¡Lo-lo siento! Esto fue totalmente innecesario ah... -tal vez ella lo había hecho como un gesto de amabilidad, pero parecía que la elección del momento había sido inoportuna. 

     Compadeciéndose de Matsumoto quien permanecía allí de pie, hombros caídos, Hemni levantó una mano: -Bueno, ya que usted está aquí, ¿podría tomar un café? ¡Justo estaba pensando que me gustaría tomar uno! Yokozawa-san, usted también tomará uno, ¿cierto? 

     -Oh. Seguro.

     Hacía calor afuera, y verdaderamente él hubiera preferido tomar una bebida fría, pero tomando en consideración la atmósfera en la habitación, asintió con la cabeza. 

     -¿Entonces, qué tal si le sirve uno a todos?

     -¡Por supuesto! -mientras pasaba vasos a todos, se detuvo ante Yokozawa

     -.¡Humm, muchas gracias por lo del otro día, Yokozawa-san..! 

     Él comenzó a inquietarse al no haber esperado que ella sacara a relucir lo ocurrido antes en frente de todos los demás: -Oh. No, yo realmente solo hice lo que cualquiera hubiera hecho. No necesita preocuparse por eso. 

     Pero ni Henmi ni Katou eran del tipo que solo dejaba pasar algo así: -¿Qué quiere decir con "el otro día"? -como se esperaba, Henmi fue directo a la raíz del asunto. 

     Podía sentir sus miradas sobre él, rebosantes de interés, pero él desvió la mirada y se sacudió la pregunta: -No es de su incumbencia.

     Y luego Matsumoto habló en su lugar, con palabras levemente suavizadas: -Oh, el otro día, Yokozawa-san me salvó de un pervertido en el tren. 

     Yokozawa masajeó sus sienes, maldición, perfecto. Ella probablemente pensó que lo estaba ayudando ya que él parecía luchar por encontrar una respuesta, pero eso solo terminó avivando aún más las llamas de la curiosidad. 

     -Guau, ¿en serio? ¡Como se esperaba de Yokozawa-san! ¡Qué tipo tan guay~!

     -En serio, no fue nada. Incluso dejé escapar al culpable.

     Hitomi asintió con la cabeza: -¡Aun así, eso suena increíble! Definitivamente uno no quiere que tipos como esos se salgan con la suya, pero es cierto que uno raramente nota lo que están haciendo.

     Estaba seguro de que todos convertirían el asunto en motivo de burla, y ante la esperada respuesta, la expresión de Yokozawa se tornó amarga: -De acuerdo, es suficiente con esta discusión.

     -¡Ay, vamos! Hablemos un poco de esto... -pero la objeción de Henmi fue interrumpida por otro llamado a la puerta, y justo cuando Yokozawa se alegraba de ser salvado, se estremeció ante las palabras del empleado que asomó la cabeza. 

     -Mis disculpas por la interrupción, pero Kirishima-san acaba de llegar. 

     -Lamento llegar tarde.

     Una figura más que familiar entró majestuosamente en la habitación a los talones del empleado que le había mostrado el camino. Sin poder soportar la incómoda atmósfera, Yokozawa deslizó su silla hacia atrás e hizo el inútil intento de esconderse detrás de Henmi. Estaba seguro de que si Kirishima volvía la mirada directamente hacia él, terminaría haciendo algo estúpido. 

     -Buenos días, Kirishima-san. ¡Estuvimos esperándolo!

     -Lamento eso, Katou. Así que esta es Takanashi-sensei, ¿ah? Es un placer conocerla. Yo soy Kirishima, el editor en jefe de Japun. 

     Parecía que este era su primer encuentro, y Kirishima sacó de la galera una simple presentación. Echando una mirada para comprobar si Takanashi se había dado por aludida o no, de cara al editor en jefe, Yokozawa notó que sus mejillas se sonrojaron mientras observaba abiertamente a Kirishima.
     Era fácil olvidar, dado que la mayoría de los autores de Japun eran hombres, pero al igual que con los editores de Emerald, la popularidad de Kirishima con las autoras era bastante famosa. Se decía que un buen número de autoras iban a la fiesta que organizaba una vez al año Marukawa solo por tener una oportunidad de verlos. 

     Takanashi probablemente estaba sobrecogida con la pinta de Kirishima, la cual estaba a la altura de los rumores. Las editoras solían decir que él podría vivir de la industria del modelaje o del gravure*, pero parecía que hoy él tenía especial cuidado con la forma en que se presentaba a sí mismo. 

     -¡Es-es un placer conocerlo! Yo soy Takanashi... ¡Gracias por cuidar siempre de mí!

     -Gracias por su esfuerzo de hoy. Mis más sinceras disculpas por llegar tarde.

     -¡Oh, no, para nada! Escuché que estuvo detenido en el tráfico, ¿todo anduvo bien?

     -Así es. Estuve en pánico ahí por un segundo, pero me alegro de haber conseguido llegar a tiempo -su discreta sonrisa hubiera parecido absolutamente perfecta para cualquiera que la viera, era claro que él se comportaba con total conciencia de como sus espectadores lo veían. Sus compañeros de trabajo probablemente nunca hubieran siquiera imaginado que él daba grandes y fuertes carcajadas con la boca bien abierta en casa.

     A Yokozawa lo irritaba a más no poder como Kirishima fingía simpatía aquí. Seguro, como un adulto trabajando, no era precisamente algo raro sonreír amigablemente con sus clientes y compañeros de trabajo, y si Yokozawa se dejaba llevar por cada pequeña cosa, no habría final para ello, y aun así, a pesar de saber esto, su corazón todavía se inquietaba en momentos así. 

     -Y, de hecho, traje a alguien conmigo, ¿les molestaría que se los presente?

     Parecía que él había llegado con alguien más, ¿tal vez había llevado a un empleado de medio tiempo para observar?

     -Desde luego, ¿otro miembro del equipo de edición? 

     -Vamos, entra aquí -él ignoró la pregunta de Takanashi y llamó a quien fuera que estuviera esperando afuera, pero este parecía dudar en entrar. 

     -¿..?

     Kirishima parecía estar en medio de una discusión con la persona, pero Yokozawa no podía alcanzar a escuchar la voz del otro desde donde se encontraba, y  después de hacer de todo menos decirle "¡deja ya de escapar!", la persona finalmente apareció. 


___________________



*PLV: publicidad en el lugar de venta.
*Gravure: género de fotografía y video japonés en el que modelos esculturales posan para revistas, calendarios o DVD en poses sugerentes.  







Continuará...

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21 ¡AmaiComent!:

  1. aaaaaaaasdfghjklñlkjhgfdszaasdfghjklkkjhgfd gracias >///<

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  2. >///< un kirishima celoso es lo mas lindo que hay jajajaja
    muchas gracias por el capitulo 3
    dios espero que esa matsumoto no se haya enamorado de mi yokozawa...lo se es condenadamente lindo quien no se podrá enamorar de el :D jajaja

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  3. empieza lo bueno KYYYAAA gracias por el capi ;D

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  4. Peligro a la vista! Kirishima, defiende lo que es tuyo (?) ¡No dejes que nadie te lo quite!
    Asdasdasdasdas~ Esperaré con ansias lo que sigue...
    Pobre Matsumoto, yo sé lo que es pasar por eso ;A; Solo que en mi caso nunca llegaron a salvarme... Y terminé aprendiendo defensa personal >:3
    Muchas gracias~ Ciao-ciao~ :3

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    Respuestas
    1. jajaja me hiciste el dia con el cometari XD

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  5. Kirishima enojado.. a correr, si hubiera estado en el tren pobre del perver que hirió a Yokozawa.
    muchas gracias por la traducción de la novela... continúen así

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  6. Me preguntó si llegaran a decirse "te quiero" en este segundo volumen *o*
    Me he visto unas imágenes de la novela tan cute! hjkgkfkgfdkgf deseo tanto que lleguen a esos puntos para poder leerlo! Aww~~ esto es una adicción

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  7. Ohhhhhhh ,como me encanta esta novela .y como siempre estare esperando la continuacion .y geacias por la traduucion .

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  8. Por Jashin-sama! *O*
    Gracias, Gracias, Gracias.
    Había leído una parte en inglés, con mi pésimo y super básico inglés.

    Pero adsadfadas me encanto, amo a Kirishima dios ese hombre es increible *O*

    Me han hecho el día
    Saludos~

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  9. Yay celos +w+!
    Ya quiero leer la conti~ ToT; pero esperaré u3u.
    Gracias x la traducción.
    Bye bye~ nwn/

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  10. :D (grito de loca psicópata desesperada ) aahhhh, tan bueno que se pone, y llega el continuara!! Quien es quien es ??? ahhhh, amo esta novela <3 Muchas gracias por su increíble trabajo!!!
    Espero poder leer pronto lo que sigue !!!

    Saludos :)

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  11. noooooooo!!! malvada!!! se quedo super interesante me pregunto quien es la persona que llevo kirishima y si matsumoto intentara conquistar a Yokozawa.

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  12. OHHHMpor dios, kiero saber kien es????? waaaa en vdd estoy en completo shock pork lo dejaste aki XD

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  13. aaaaaaaaaaa qiero saber qe sige seguire leyendo el volumen 3!!!!!! jjejejejej :3......gracias adorado staff y kana-chan >w<

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  14. ¡Muchísimas gracias! Me encantan estas historias.

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  15. por favor sigan asiendo mas novelas ellos de verdad q me encantan siento q no puedo vivir sin leer una novela de kirishima y yokosawa asi q p f sigan haciendo mas ymucho massssssssssssssss...............................

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  16. Buenisima,gracias por ponerla online,y por aclarar la duda si me parece raro que sea el tercer capitulo pero quede clara

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  17. Gracias por traducir esta novela. Me he vuelto fan de todo lo referente a Yokosawa.

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    1. JAJAJ lo se se ha vuelto mi pareja favorita :´v

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  18. Amo esta novela... La he leído tantas veces 😍😍😍

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  19. Me ha encantado leer esta novelas gracias por traducirlos y bajarlo aquí para nosotros. En verdad las adoro mucho ❤. Ya estoy curiosa de saber quién es el que está esperando a fuera... *0*

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